Las enfermedades de Ludwig Van Beethoven: una vida marcada por el abuso de alcohol.

Por María E. Ramírez _________________________



Ludwig van Beethoven, considerado uno de los compositores más influyentes de la historia, padeció adicción al alcohol y se dice que también a otras drogas.

Nacido el 16 de diciembre de 1770 en Bonn, Alemania, creció en un ambiente en el que se abusaba del alcohol. Su padre, Johann van Beethoven, fue un músico y tenor de la corte que no tuvo demasiado éxito y que a menudo maltrataba a su esposa e hijos. Ludwig creció así sufriendo los golpes de un padre alcohólico que le golpeaba obligándole a practicar arduamente pretendiendo convertirle en un genio similar aMozart.

A pesar de esta infancia tan dura se convirtió en un joven prodigio musical comenzando a componer desde una edad temprana. Sin embargo, a medida que crecía, comenzó a experimentar achaques de salud como la pérdida de audición que empezó a padecer con 26 años hasta que a los 35 se quedó completamente sordo.

Para lidiar con estos problemas Beethoven comenzó a abusar del alcohol y de estimulantes como la cafeína llevando su pasión por el café desde su ciudad natal a Viena, donde finalmente se mudó en 1792.Según la tradición, Ludwig usaba exactamente 60 granos de café por taza. Estos abusos afectaron su capacidad para componer, lo desanimaban y es sabido que desarrolló un trastorno bipolar con depresiones alternadas con periodos de efusividad.


A pesar de sus problemas con el alcohol y la cafeína continuó componiendo y produjo algunas de sus obras más importantes.

Ludwig Van Beethoven falleció el 26 de marzo de 1827 en Viena. Una investigación posterior detectó que 111 días antes del deceso, el compositor sufría un exceso de plomo en su organismo. En esas fechas era tratado en Viena de una pulmonía. El doctor Andreas Wawruch atacó la enfermedad con sales de plomo, habitualmente empleadas en la época contra la mucosidad.

Según el informe de la autopsia los nervios auditivos se le habían encogido y no se habían mielinizado, además, sufría de cirrosis hepática descompensada y pancreatitis crónica por décadas de consumo de alcohol.

Una prueba posterior dirigida por el Dr. Werner Baumgartner en la Corporación Psychemedics de Los Ángeles para localizar rastros de opiáceos en 20 pelos de Beethoven dio resultado negativo, indicando que no existía evidencia alguna de consumo de morfina u otras formas de opiáceos como el láudano tan popular en su tiempo, desmintiendo los rumores de otras supuestas adicciones del genio musical.

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